¡Buenos días desde tierras madrileñas!
Qué
bien sientan las vacaciones… Aunque en unos días ya vuelvo a Londres y comienzo
una nueva etapa… pero la verdad, me quedaba en Madrid muy tranquilamente.
Hace una
semana os explicaba las diferencias académicas y de “rango” que existían en
Reino Unido. Hoy, nos vamos a centrar en las diferencias del día a día, esas
que hacen que a veces este trabajo se haga un poco pesado de más y planteemos
tirar la toalla (porque sí, eso ocurre).
Acordaos
de ese maravilloso primer dia de trabajo. Acabas tu diplomatura (en mi caso) y
no tienes ni puñetera idea de por dónde te da el viento. Y llegas, con tu
carita de jovenzuelo a la planta y te presentas: “Hola, soy David, es mi primer
día aquí…”. Y te miran como si te hubieses escapado de la guardería y te dicen:
“vale, llevas desde el paciente 15 al 30”. ¡Empiezan los juegos del hambre!
Preparar
medicación, tienes que sacar 5 analíticas, 2 pacientes se van a quirófano, uno
se ha arrancado la vía, al otro se ha quitado la sonda nasogástrica, no sabes
ni dónde están las gasas… quién me mandó terminar la carrera, con lo tranquilo
que estaba de alumno…
Bueno,
si estáis en Reino Unido y es vuestro primer trabajo, ¡estáis de enhorabuena!
Por lo menos, en parte.
No has
adquirido manías, eso es muy bueno, y, además, estás durante un tiempo tutorizado
pero cobrando tu sueldo, ¡eso es mejor aún! La parte mala es cuando acaba ese
periodo, te sientes completamente inútil hasta pasado un tiempo.
He de reconocer,
que el periodo en el que estás tutorizado, de supernumerary como dicen por estas tierras, es una gozada que en
España no existe y debería ser fundamental. Y no solo hablo de cara al
trabajador, que va a estar mucho más tranquilo con lo que hace, sino también de
cara a la seguridad de los pacientes. Además, siempre que empieces un nuevo
puesto de trabajo estarás más o menos tiempo, en función de cómo avances
(suelen ser 4 semanas, aunque depende). Y si es tu primer trabajo en UK, te
sirve para conocer el NHS, que tiene sus peculiaridades, para mejorar tu
inglés, si te hace falta, y para ir asentándote en el que va a ser tu día a
día. Además, este periodo de adaptación hace que podamos optar a puestos que en
España serían una quimera, esos en los que te dicen “se requieren 6 meses de
experiencia”, la cual nunca alcanzaré ya que no me dejáis tener ni un día de
experiencia. Así que, cuando vengáis, mirad puestos en unidades como UCI (ICU/ITU), urgencias (A&E) o quirófano (theatre) si de verdad os gustan, porque
en muchos aceptan a gente sin experiencia porque cuentan con que te van a
formar ellos.
Pero
claro, una vez que acabas tu periodo de supernumerary
y empiezas a trabajar todo te resulta raro. No pones vías, no das medicación,
no sacas sangre, no pones sondas y un largo etc… Para hacer todo eso, necesitas
unos trainings que te irás sacando
con el paso del tiempo. ¿Y qué haces al principio? Pues todos los aseos y
cambios posibles, tomar todas las constantes y frustrarte cada vez que hay que
hacer algo que llevas 6 años haciendo (en mi caso) y que de repente te dicen
que no puedes porque te hace falta un curso.
Para mi
gusto, esta es una de las peores partes. Sí, no todo nuestro trabajo se centra
en las técnicas. Pero me parece irracional que un paciente necesite un suero
salino o un antibiótico intravenoso y tenga que dar vueltas por la planta buscando a
alguien que pueda, y ese suero/antibiótico se acabe poniendo 4 horas más tarde
de lo que se necesitaba en un principio. O que un paciente necesite una vía y
no pueda ponerla yo. Que a ver, es su sistema y lo entiendo, pero me choca
demasiado. También es cierto que se aseguran que antes que lo hagas, te hayan
dado el dichoso curso, eso está bien, aunque a veces ese curso sean 20 minutos
de explicación absurda que podrías haber leído tú en tu casa tranquilamente.
Habréis
escuchado muchas veces eso de: “Es que en Reino Unido no se trabaja como
enfermero, se trabaja como auxiliar”. Tiene una parte de razón y una de
mentira. En España estamos acostumbrados a tener unos TCAEs maravillosos, y no
es broma, que se encargan de muchísimas cosas que en realidad son
responsabilidad nuestra aunque la deleguemos. Aquí, no. Aquí vas a hacer el trabajo
del HCA y el tuyo, y claro, eso se nota. Pero una vez que tienes tus cursos y
puedes canalizar, administrar medicación intravenosa y un largo etc, tu trabajo
es exactamente el mismo que en España, añadiendo las funciones del HCA (bueno,
y administrativo, y camarero…). Es cierto que hay cosas que las suelen hacer
los residentes de medicina, sobre todo canalizar accesos venosos, sacar sangre
y poner sondas vesicales; o existe una figura para ello como es la de
flebotomista que se encarga, única y exclusivamente, de sacar sangre. Pero eso
no implica que no lo puedas hacer tú.
Y junto
al problema de la necesidad de un curso hasta para preparar tazas de té (dios
mío, ya os hablaré de esto porque es apasionante), llega mi mayor enemigo… ¡el
papeleo! Papeles absurdos, de todos los colores, con todas las tonterías que se
te puedan ocurrir. Uno para apuntar la glucemia, otro para apuntar si necesita
barandillas en la cama, otro para el estado de la piel, otro para los accesos
venosos, otro para las deposiciones… y parecerá que exagero, pero cada día
tengo que rellenar de cada paciente entre 10 y 15 papeles distintos, cosa que
consume una gran cantidad de mi tiempo, os lo puedo asegurar. Todo sería
bastante más sencillo si existiesen ordenadores o se le diese más importancia a
la historia de enfermería, donde poder apuntar todo aquello que has hecho
durante tu turno, de una manera sistematizada.
Y lo
que más me molesta del papeleo, al margen de todo el tiempo que me quita, es la
importancia que se le da. No has hecho nada en tu turno si no has rellenado el
papeleo, eso es así. A veces me da la sensación que es más importante eso que
los propios pacientes, pero es un poco la cultura que se vende en el NHS. Eso y
cuidar tu PIN, ya que vives con la tensión constante de que vas a hacer algo
por lo que te inhabiliten de por vida (como poner una vía sin training y que te pille quien no te
tiene que pillar, cuidado con esas tonterías).
Luego
hay diferencias en el día a día que son más culturales que propias de la
profesión. Por ejemplo, a mí en España no me resultaba raro que un familiar me
dijese “tranquilo, estoy yo aquí doy de comer/aseo a mi padre/madre/whatever…”
Aquí os podéis olvidar completamente de eso. Puede estar el familiar, la comida
en la mesa y el paciente sin comer, que te van a decir “bueno, ¿no vas a darle
de comer o qué?”.
Y os
podéis tomar a coña lo de la taza de té, pero me han llegado a echar la
“bronca” porque la ronda de la tarde del té no había pasado… sí, es para
flipar.
No todo
son cosas malas en este país, solo que de las malas son de las primeras que te
das cuenta. Ya prepararé alguna entrada con las cosas que más y menos me gustan
en Reino Unido.
Tengo
muuuuchas cosas que contar en este blog. Asi que si queréis saber algo en
concreto, comentádmelo por aquí o twitter y puedo preparar una entrada al
respecto.
Espero
que os haya gustado la entrada de hoy.
¡Nos
vemos el próximo viernes!
Hola, después de leer tu primera entrada del blog tengo una pregunta para ti. Desde lo sucecido con el brexit has notado un mayor crecimiento de desprecio a las personas como tu, que trabajais en el sistema sanitario británico pero sois de fuera? Saludos.
ResponderEliminar¡Hola! Lo primero, gracias por participar en el blog :)
EliminarPues, siendo sincero, no, no he notado ninguna diferencia. La gente que ya se quejaba de la existencia de extranjeros aquí, lo sigue haciendo como antes, pero nada más.
Nunca he tenido ni una mala palabra, ni una mala mirada, ni nada. Al revés, la gente suele interesarse y preguntarte.
Espero haber resuelto tu pregunta.
¡Un saludo!